domingo, 20 de marzo de 2016

La última vez

Un escalofrío ha recorrido todo mi cuerpo cuando te has girado y me has susurrado tu deseo.
Hacía muchos días, y todas sus noches, desde la ultima vez que lo hicimos, desde la ultima vez en que nuestras miradas se habían cruzado en el silencio de una oscuridad eterna, obligada a perennizar nuestra rutina, devolviendo la luz de una hoguera a aquella cama sedienta de rumores, jadeos y suspiros.
Es extraño, pero ya no recuerdo cuales fueron tus palabras, las que dibujaste en mi nuca con tus labios, las que me hicieron sentir vulnerable pero vivo, asustado pero en calma.
Tampoco recuerdo el sabor de tus manos en mi boca, desde la yema de los dedos hasta la suavidad de tus palmas, presionando con dulce firmeza mis labios, reteniendo mis suspiros, mis súplicas, mis gritos.
Ya ni siquiera recuerdo el color de tus ojos que me miraban, viendo mis lágrimas caer, inyectados en un inexpresivo e indescifrable caos de emociones y sentimientos.
Es posible que no me creas, pero ya he olvidado, incluso, tu nombre y el mío y hasta el dolor agudo en el costado, mientras clavabas el frío metal del cuchillo entre mis costillas.
Ahora ya no recuerdo nada, tal vez sea mejor así.

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