lunes, 28 de marzo de 2016

Preces

Vive en una estrofa sin terminar,
en un cajón sin escritorio,
en un lápiz sin punta,
en una idea sin empezar.
Vive en un adiós que se queda,
en un hueco sin vacío,
en la distancia de un soplido,
en el pasado que será.
Vive en el destino de los dioses,
en un mundo de rincones,
en una estrella perdida,
en un cielo que viene y va.
Vive en un cuadro sin firmar,
en una paleta sin grises,
en un blanco y negro con matices,
en un lienzo dispuesto a posar.
Vive entre algodones y lombrices,
entre dragones y aprendices,
entre verdades y otras cosas,
entre teatro, verso y prosa.
Vive, adorada y libre musa,
inconsciente de tu encierro,
sirviente de mis desvelos,
hazme de nuevo escribir.

viernes, 25 de marzo de 2016

Esperanza

Te miro, me miras
y el espacio se diluye
en el vacío que dejan nuestros labios.
Te miro, me miras
y el tiempo se detiene
en la eternidad que dibujan nuestros besos.
Te miro, me miras
y ni el espacio es distancia
ni el tiempo efímero.

miércoles, 23 de marzo de 2016

No me queda pena

Esta noche
he de robar al viento
los poemas que tus pupilas
han desterrado de mi alma,
volar hacia el destino
que me has negado
y llorar mi propia muerte
en el camino.
Esta noche,
ébano infierno de diamantes
se me antoja cincelada losa,
bajo el triste ciprés
que me cobija la sombra
y sobre la fría morada
en que me tumbé.
Esta noche
volveré al aullar de antaño,
sufriré el canto de un loco
y colgaré
mi amor del espadaño
desde el que las campanas,
ayer,
doblaron por un extraño.

Sobre mí.

Tus ojos,
acostados sobre mi alma
me devoran los sueños
y ya no me dejan dormir.
Tus ojos,
iluminando mis rincones
me seducen entre tinieblas
de temores por sufrir.
Tus ojos,
anoche mismo me miraron
por última vez
y ahora los busco en mi almohada
para volverte a ver.

domingo, 20 de marzo de 2016

La última vez

Un escalofrío ha recorrido todo mi cuerpo cuando te has girado y me has susurrado tu deseo.
Hacía muchos días, y todas sus noches, desde la ultima vez que lo hicimos, desde la ultima vez en que nuestras miradas se habían cruzado en el silencio de una oscuridad eterna, obligada a perennizar nuestra rutina, devolviendo la luz de una hoguera a aquella cama sedienta de rumores, jadeos y suspiros.
Es extraño, pero ya no recuerdo cuales fueron tus palabras, las que dibujaste en mi nuca con tus labios, las que me hicieron sentir vulnerable pero vivo, asustado pero en calma.
Tampoco recuerdo el sabor de tus manos en mi boca, desde la yema de los dedos hasta la suavidad de tus palmas, presionando con dulce firmeza mis labios, reteniendo mis suspiros, mis súplicas, mis gritos.
Ya ni siquiera recuerdo el color de tus ojos que me miraban, viendo mis lágrimas caer, inyectados en un inexpresivo e indescifrable caos de emociones y sentimientos.
Es posible que no me creas, pero ya he olvidado, incluso, tu nombre y el mío y hasta el dolor agudo en el costado, mientras clavabas el frío metal del cuchillo entre mis costillas.
Ahora ya no recuerdo nada, tal vez sea mejor así.

miércoles, 9 de marzo de 2016

De lo que pudo ser

Hoy desperté en un sueño,
una realidad imaginada en la que mi muerte
estaba a punto de llegar a la vida.
Hoy he sentido
las palabras de tu silencio rodearme
con su cristalina mirada,
ciego
las he escuchado y he decidido huir
al amparo de tu odio, solo
entre fantasmas,
sólo por descansar entre tus lágrimas
y derretirme en el hielo
de tu corazón.
Hoy he acariciado tu lamento
y me he acercado a la mayor de las distancias
que nos separan
y, una vez ceca de tu olvido,
he nacido de nuevo
entre tierra mojada
y huesos podridos,
sabiendo que todo lo anterior
sólo ha sido un sueño,
sólo eso y, solo,
otra vez colgado de una existencia efímera,
he alcanzado el tiempo
y he vuelto el pasado en presente y el futuro,
acabado,
lo he escrito a mi manera para no existir,
para no llorar,
para no sufrir.
Hoy me dormí profundo y soñé que te perdía
y al despertar descubrí
que en el sueño te tenía.