lunes, 1 de febrero de 2016

No de otro modo

Acaso
este nuevo amanecer,
entregado a la inocencia
de una gélida
soledad,
tiñe su pureza
de crepitantes resplandores que,
recortados entre verdores
de esperanzadas vidas,
sostiene,
en el silencio de su despertar,
la eternidad de un otoño
que aún no se ha ido
y un invierno empeñado en aguardar.
Acaso yo,
cautivo espectador en la sombra,
me aferro
al sueño de amar tu naturaleza sencilla,
como el sol
ancla sus dedos a tus hojas,
en este infinito despertar.

(Poema inspirado en una obra de Yolanda Pascual)

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